xoves, 8 de setembro de 2016

Preparándonos para empezar

Al colegio por primera vez: ¿cómo deben actuar los padres?
La implicación de los padres es fundamental para que el alumno se adapte con éxito al nuevo entorno escolar

Por MARTA VÁZQUEZ-REINA 7 de septiembre de 2011

Algunos llegan con alegría e ilusión, otros lloran y patalean y todos se enfrentan a lo mismo: un nuevo espacio, un adulto desconocido y un buen número de niños en su misma situación. Adaptarse a estos cambios es, por lo general, una cuestión de tiempo, pero es mucho más fácil si el centro, los maestros y los padres actúan de forma conjunta y organizada durante este periodo de adaptación escolar.

El primer día de colegio

El comienzo de la etapa escolar para los niños que inician el 2º ciclo de Educación Infantil supone un importante cambio en sus rutinas, incluso para quienes ya han pasado por la experiencia previa de asistir a una guardería y, por tanto, han experimentado la separación parental. El escolar debe empezar a familiarizarse con otros adultos distintos a los habituales, aprender a moverse con soltura en un espacio diferente, adquirir nuevas pautas de comportamiento y acatar normas de convivencia y actuación más exigentes.

El cambio de entorno no tiene que ser traumático, pero sí requiere tiempo

Este cambio no tiene que ser traumático, pero sí requiere tiempo. Tal como afirma Félix López, catedrático de Psicología evolutiva y de la Educación de la Universidad de Salamanca, en la mayoría de los casos, "las manifestaciones que demuestran falta de adaptación desaparecen antes del final de las dos primeras semanas", aunque "entre el 10% y el 20% de los escolares pueden mantenerlas a lo largo del primer mes de estancia en la escuela".

El periodo de adaptación

Algunos factores pueden afectar a la duración de la fase de adaptación del niño al nuevo entorno escolar. Según el estudio de investigación de Félix López "La mejora de la calidad de educación infantil: periodo de adaptación y clima de clase", estas variables pueden estar relacionadas con la calidad del vínculo afectivo del alumno con sus padres, el temperamento individual del escolar, la experiencia previa de separación o anteriores problemas de conducta. Tal como refleja el estudio, la percepción de los padres es que la asistencia previa a la guardería ni facilita ni empeora el periodo de adaptación. Sin embargo, los docentes reconocen que este factor "reduce el impacto de la entrada a un centro de educación infantil a los tres años".

Los docentes reconocen que la asistencia previa a la guardería "reduce el impacto de la entrada al colegio"

En cualquier caso, es necesario que el alumno se acostumbre a la nueva situación y al nuevo entorno y se amolde de forma progresiva. Distintas administraciones educativas permiten a los consejos escolares planificar un periodo de adaptación para el alumnado de nuevo ingreso en el primer curso de Educación Infantil, que implica en general una mayor flexibilidad de horarios de entrada y recogida de los alumnos al aula y un incremento paulatino del horario escolar.

El objetivo del periodo de adaptación es conseguir que el niño acepte el nuevo espacio y aprenda a moverse en él de modo progresivo, se adapte a nuevas rutinas, comprenda y conozca las pautas de actuación del aula y establezca vínculos de afectividad con los demás compañeros y su docente. De este modo, se consigue una actitud de aceptación hacia la escuela y motivadora hacia el aprendizaje.

Consejos para padres

La actitud de los progenitores ante el inicio de las clases influye de forma significativa en el comportamiento y actuación de los niños. Según los resultados de la investigación de Félix López, los padres que muestran mayor ansiedad, inquietud, temor e inseguridad ante el hecho de llevar a su hijo al colegio "se asocian con niños que tienen más problemas y mayor timidez en el aula durante el periodo de adaptación". Los especialistas recomiendan distintas estrategias para que desde el entorno familiar se facilite la adaptación del escolar y aconsejan adoptar distintas pautas de actuación:

Comenzar la adaptación en casa: para que el inicio de la escuela no suponga un cambio brusco en los hábitos diarios del niño, es necesario, en las semanas previas, adaptar de forma progresiva los horarios de sueño y las comidas. Los especialistas recomiendan también no introducir otros cambios importantes durante el periodo de adaptación, como quitar el chupete o cambiar de habitación. Es mejor que estas modificaciones se hagan antes o después de esta etapa adaptativa.
Crear ilusión: visitar el colegio con el niño antes de empezar las clases, de modo que después pueda reconocer el espacio, o preparar con ellos el material que deben llevar a las clases son algunas actividades que predisponen al escolar a ilusionarse con esta nueva etapa de su vida.
Desdramatizar las despedidas: las despedidas deben ser breves y alegres. Es recomendable evitar los chantajes afectivos de tipo "si lloras me pongo triste" y mentir al niño con frases como "vengo enseguida", "aparco y ahora vuelvo" o irse sin que se dé cuenta. Hay que recordarle siempre que se volverá a recogerle. En el caso de situaciones de tensión, con llantos y rabietas, se debe responder con ternura y comprensión pero con firmeza, para que no piense que con sus protestas puede prolongar la despedida.
Manifestar una actitud positiva: es necesario evitar los comentarios negativos o utilizar el colegio como amenaza con el escolar. Para transmitirle felicidad y tranquilidad, es recomendable contarle cosas buenas del colegio, hablarle de las actividades divertidas que puede hacer en el aula o de todos los amigos nuevos que puede encontrar.
Mantener una comunicación fluida con el tutor: los padres deben acudir a las entrevistas o asambleas previas que se organicen en el centro para conocer al tutor del alumno y facilitarle al docente toda la información posible para que conozca al niño y sea capaz de reconocer sus miedos o problemas. Es importante acudir al maestro ante cualquier inquietud, pero sin intentar acaparar su atención en momentos delicados, como son la salida o la entrada del aula, cuando tiene que atender a todos los alumnos de la clase.
Reforzar su autonomía: para que el niño pueda enfrentarse con seguridad a la nueva situación, es aconsejable reforzar antes del inicio del curso sus hábitos de autonomía, como el control de esfínteres, beber agua sin ayuda o reconocer su ropa y objetos. Es efectivo también destacar su identidad, que sea capaz de reconocer y comunicar su nombre y el de las personas más cercanas.
Mostrar interés: para reforzar la adaptación del escolar, los padres deben demostrar su interés por sus actividades, preguntarle a la salida de clase qué ha hecho, cómo lo ha pasado o los nombres de los compañeros nuevos a quienes ha conocido.
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